jueves, 11 de diciembre de 2008

Mi aventura de ser docente y Mi confrontación con la docencia

Estudie la carrera de Psicología, en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales “Iztacala” dependiente de la UNAM, por cierto soy de la primera generación. Desde que empecé la carrera vi una preocupación de los maestros por aplicar técnicas más novedosas y menos tradicionales en el salón de clases, aunque también observé una confrontación de muy buenos maestros que se decían a sí mismos tradicionales, era lo moderno vs lo tradicional, mis maestros eran muy jóvenes recién egresados de la carrera lo que provocaba un ambiente muy jovial. También soy egresada del CCH “Vallejo” y que fue para mi muy significativo con todo lo que aprendí, mis maestros hacían mucho énfasis en el aprender a aprender (así que esto ya tiene más de treinta años de vigencia), realmente fue una forma de enseñar muy novedosa estas dos experiencias marcaron mi forma, mi modo de aprender, hicieron de mí, una alumna independiente y autorregulada.

Yo fui una observadora del quehacer de mis maestros, sin embargo, en honor a la verdad yo no pensaba en ser maestra, tampoco me desagradaba; llegué a la profesión docente como para cumplir un destino, pues mi idea al salir de la universidad era hacer otro tipo de actividad.

Eran los tiempos de Miguel de la Madrid, y una amiga me dijo acerca de un trabajo en el Colegio de Bachilleres, llegue ahí y pensé mucho en aceptar ese puesto, pues ocupaba todo el día, acepté finalmente, al mismo tiempo me dieron dos grupos que tenía que cubrir de 7:00 a 9:00 horas; dicen que dar clases el primer día es como “aventarse al ruedo” y así empecé, los alumnos en un principio me veían como si fuera una compañera más, y me divertía mucho en clase, hice incluso, muy buenas amistades en ese entonces. Pero también tuve mucho miedo.

Existe un chiste acerca de la profesión de enseñar que llama mucho mi atención:

En un experimento pusieron a dormir a un maestro y a un médico, cuando los despertaron, 30 años después, el médico no sabía ejercer su profesión pues existían muchos cambios y nuevas tecnologías que él desconocía; por el contrario el maestro siguió ejerciendo su profesión sin ningún problema , pues sólo necesitaba pizarrón y gis.

Este chiste dice una gran realidad de nuestra condición, sin embargo, pienso que la naturaleza del trabajo de maestro implica un compromiso tal, que debemos estar en constante cambio y preparación, que al igual que los médicos nuestra formación debe ser permanente. Ser maestro es una profesión netamente humana, humaniza, estar con los jóvenes te llena de vitalidad, pero debes estar al tanto de las transformaciones sociales, políticas, culturales, económicas que les afectan.

En alguna ocasión escuche a una Doctora en psicología, decir que los maestros sufrimos el fenómeno de la vacuidad, esto es que las demandas constantes y de todo tipo de padres, autoridades, alumnos, sociedad,etc, pueden hacernos sentir un vacío muy grande, algo así como una sensación de impotencia, y para ello nos recomendaba hacer algo muy creativo por ejemplo: escribir un libro, tomar una especialidad, hacer una maestría, iniciar algún proyecto novedoso. Afortunadamente para mí he combinado la profesión docente con otros proyectos que me han gustado y llenado de satisfacción, como el diseñar e impartir cursos.

El trabajar con adolescentes es todo un reto pues así como en la adolescencia existen vertiginosos y constantes cambios, los adolescentes cambian en su comportamiento cada semestre, los alumnos con los que trabajé en un inicio son exponencialmente diferentes a los que tengo ahora, me percato de los cambios que han sufrido en estas casi tres décadas, que parecen lentos pero no lo son tanto, al mismo tiempo uno también cambia.

La situación de los jóvenes en la actualidad la considero muy ambivalente, ya que por un lado presentan muchos problemas, muy inmaduros, con una depresión y una violencia sistemáticas casi generalizadas, con más dificultades para aprender, al menos ya no de la manera en que les enseñamos, en la escuela se presenta mucha incomunicación en general con los adultos que les rodean, y por otra parte, puede darse todo lo contrario, los chavos pueden ser muy felices, muy solidarios, muy atentos cuando les propones algo nuevo.

Los maestros tenemos, también, nuestras motivaciones, por ejemplo nos motiva que nuestros alumnos aprendan. Para que los alumnos aprendan debemos estar al tanto, ser observadores atentos de sus necesidades e intereses, hacer con las clases algo novedoso salir de la rutina entre otras cosas.

Si me pidieran hacer un balance de mi vida como docente, confieso que me he divertido, me ha gustado ser maestra es una de mis señas de identidad, me siento satisfecha cuando encuentro a mis alumnos por las calles, en el metro y se acercan a saludarme con mucho gusto, esto para mi es motivo de una gran satisfacción.

Los saberes de mis estudiantes

¿Qué saben mis estudiantes? ¿Cuáles son sus conocimientos previos?
Los docentes, pocas veces averiguamos las respuestas a estas dos preguntas, en ocasiones aplicamos exámenes diagnósticos que no nos dicen mucho, a lo sumo que manejan o tiene noción de algunos conceptos.
En este caso, con respecto al uso del internet, estamos equivocados si aún pensamos que los alumnos ¡pobrecitos! no saben manejar el internet, es más ni siquiera tienen máquina o computadora. Algunos maestros externan la imposibilidad de trabajar con los alumnos usando tecnologías de la información y la comunicación, debemos convencerlos de que esto no es así.
En la realidad, que es la vida cotidiana de mis alumnos, nos asombramos con el potencial y las posibilidades que tienen, tal es el caso de este ejercicio, quiero mencionar que mi estrategia fue llevarlos a la sala de cómputo, en mi escuela la sala de cómputo está destinada para los maestros del área de informática, por lo que es difícil que nos presten las instalaciones; bien en esta ocasión me prestaron algunas máquinas de la sala; los distribuí por parejas, pues no alcanzaban las computadoras, les pregunté que quiénes usaban internet y como lo utilizaban. Y las respuestas las escribí en el andamio. Los resultados son los siguientes:
Sólo 3 alumnos de 17 no utilizan internet (más por desconocimiento que por rechazar la opción). Con más frecuencia mencionan que utilizan el internet para buscar información y preparar tareas o trabajos escolares, simplemente navegar por el internet, aunque también chatear y convivir o socializar con otras personas a distancia (así lo expresaron).También escuchar y bajar música, ver y bajar videos e imágenes. Quisiera compartir algunas de las expresiones que me dejaron sorprendida:

Refiriéndose al internet es como... “abrir una ventana que se encuentra en todo el mundo”
Sirve para aprender más y cómodamente desde tu casa.
Para conocer otros métodos y recursos didácticos.
Leer las noticias.
Conocer personas de distintos países.
Debates de alumnos
Para hacer las tareas juntos.
Hacer tareas que les parecen difíciles, para entenderlas mejor para saber más y a veces divertirse.
Hacerse de más y nueva información, mejorar en mi aprendizaje.
Tener una mejor técnica en la búsqueda de información

Es posible que las respuestas no sean diferentes de las que ustedes hayan encontrado, pero en mi caso, me encontré con definiciones de estrategias de aprendizaje y principios de autorregulación y eso cambió mi idea que tenía de ellos, además de la riqueza de expresiones que expresaron, además, muy fluidamente como algo que ellos realizaban sin problemas y desde hace tiempo.
Pienso que los alumnos callan sus habilidades para no comprometerse o para no conflictuarse en sus clases o simplemente porque no viene al caso, en lugar de proponer y seguir ocupando y desarrollando estas capacidades.

La estrategia que seguimos fue pedirles, pues se acababa el tiempo, que buscaran la manera de compartir con sus compañeros, lo mejor que hayan encontrado en la red y la forma en que lo habían hecho, para lo cuál les solicité que pensáramos en la manera que podíamos hacerlo, la mayoría propuso que a través del correo electrónico o yendo a un café internet. En el tiempo que nos quedaba, buscamos en Google (googleamos) el tema usos educativos de internet para estudiantes y revisamos las páginas, las leímos y escribieron una síntesis.